Una segunda nueva visita a un mundo feliz...
En 1958, 27 años después de su visionaria novela "Un mundo feliz", Aldous Huxley reflexionó sobre lo que había vaticinado en su gran obra publicando "Nueva visita a un mundo feliz".
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Nueva visita a un mundo feliz - Aldous Huxley
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[...] "En 1931, cuando fue escrito Un Mundo Feliz, yo estaba convencido de que se disponía todavía de muchísimo tiempo. La sociedad completamente organizada, el sistema científico de castas, la abolición del libre albedrío por el acondicionamiento metódico, la servidumbre hecha aceptable por dosis regulares de bienestar químicamente inducido y las ortodoxias inculcadas en cursos nocturnos de enseñanza durante el sueño eran cosas que venían, desde luego, pero no en mi tiempo, ni siquiera en el tiempo de mis nietos. No recuerdo la fecha exacta de los sucesos registrados en Un Mundo Feliz, pero era alrededor del siglo VI o VII D. F. (después de Ford). Quienes vivíamos en el segundo cuarto del siglo XX de la era de Cristo habitábamos, hay que admitirlo, un mundo horripilante, pero la pesadilla de aquellos años de depresión era radicalmente distinta de la pesadilla del futuro descrita en Un Mundo Feliz. La nuestra era una pesadilla de orden muy inferior; la de los otros, los del siglo VII D. F., era excesiva. En el proceso de pasar de un extremo al otro habría, según yo me imaginaba, un largo intervalo durante el cual el tercio más afortunado de la raza humana sacaría lo más posible de los dos mundos: el desordenado mundo del liberalismo y el excesivamente ordenado Mundo Feliz donde la perfecta eficiencia no dejaba sitio para la libertad o la iniciativa personal. Veintisiete años después, en este tercer cuarto del siglo XX de la era de Cristo y mucho antes de que termine el siglo I D. F., me siento mucho menos optimista que cuando escribía Un Mundo Feliz. Las profecías que hice en 1931 se están haciendo realidad mucho más pronto de lo que pensé. El bendito intervalo entre el orden insuficiente y la pesadilla del orden excesivo no ha comenzado ni muestra señal alguna de comenzar. En Occidente, es cierto, hombres y mujeres individuales todavía disfrutan de una considerable medida de libertad. Pero hasta en los países que tienen una tradición de gobierno democrático parece que se está desvaneciendo esa libertad y hasta el deseo de esa libertad. En el resto del mundo, la libertad de los individuos ha desaparecido ya o está desapareciendo manifiestamente. La pesadilla de la organización total, que yo situaba en el siglo VII D. F., ha surgido del inocuo y remoto futuro y nos está esperando ahí mismo, a la vuelta de la esquina..."
[...] "Esta Élite del Poder procura directamente ocupación en sus fábricas, oficinas y comercios a varios millones de los trabajadores del país, domina a muchos millones más prestándoles dinero para la compra de lo que ella produce y, como dueña de los medios de comunicación en masa, influye en el pensar, el sentir y el obrar de virtualmente todo el mundo. Parodiando la frase de Winston Churchill, podríamos decir que nunca tantos han sido tan manipulados por tan pocos."
[...] "¿Qué repercusión han tenido los avances tecnológicos de los últimos años en los individuos? He aquí cómo responde a esta pregunta un filósofo psiquiatra, el doctor Erich Fromm: "Nuestra sociedad occidental contemporánea, a pesar de su progreso material, intelectual y político, ayuda cada vez menos a la salud mental y tiende a socavar la seguridad interior, la felicidad, la razón y la capacidad para el amor del individuo; tiende a convertirlo en un autómata que paga su frustración como ser humano con trastornos mentales crecientes y una desesperación que se oculta bajo un frenético afán de trabajo y supuestos placeres." Nuestros "crecientes trastornos mentales" pueden manifestarse en síntomas neuróticos. Estos síntomas son claros y causan una zozobra extrema. Pero "huyamos –dice el doctor Fromm– de definir la higiene mental como la prevención de los síntomas. Los síntomas no son como tales nuestro enemigo, sino nuestro amigo; donde hay síntomas hay conflicto y el conflicto siempre indica que las fuerzas vitales que luchan por la integración y la felicidad siguen combatiendo todavía". Donde cabe hallar a las víctimas realmente incurables de la enfermedad mental es entre quienes parecen los más normales. "Muchos de ellos son normales porque se han ajustado muy bien a nuestro modo de existencia, porque su voz humana ha sido acallada a edad tan temprana de sus vidas que ya ni siquiera luchan, padecen o tienen síntomas, en contraste con lo que al neurótico sucede." Son normales, no en lo que podría llamarse el sentido absoluto de la palabra, sino únicamente en relación con una sociedad profundamente anormal. Su perfecta adaptación a esa sociedad anormal es una medida de la enfermedad mental que padecen. Estos millones de personas anormalmente normales, que viven sin quejarse en una sociedad a la que, si fueran seres humanos cabales, no deberían estar adaptados, todavía acarician "la ilusión de la individualidad", pero de hecho han quedado en gran medida desindividualizados. Su conformidad está derivando hacia algo que se parece a la uniformidad. Pero "uniformidad y libertad son incompatibles. Uniformidad y salud mental son incompatibles también... El hombre no está hecho para ser un autómata y, si se convierte en tal, la base de la salud mental queda destruida..."
[...] Que estamos siendo empujados hacia el Mundo Feliz es evidente. Pero no es menos evidente el hecho de que podemos, si así lo deseamos, negarnos a cooperar con las ciegas fuerzas que nos están empujando. Por el momento, sin embargo, el deseo de resistir no parece muy fuerte o muy difundido. Según lo ha mostrado el señor William Whyte en su notable libro The Organization Man, nuestro sistema ético tradicional, el sistema en el que lo primordial es el individuo, está siendo reemplazado por una nueva Ética Social. Las palabras clave de esta Ética Social son "ajuste", "adaptación", "conducta socialmente orientada", "pertenencia", "adquisición de aptitudes sociales", "trabajo de equipo", "vida de grupo", "lealtad de grupo", "dinámica de grupo", "ideología de grupo", "creatividad de grupo". Su supuesto básico es que el conjunto social vale más y tiene más importancia que sus partes individuales, que las diferencias biológicas natas tienen que ser sacrificadas en aras de la uniformidad cultural, que los derechos de la colectividad tienen precedencia sobre lo que el siglo XVIII llamaba los Derechos del Hombre..."
Este año 2014 Huxley habría cumplido 114 años, que conclusiones extraería más de medio siglo después si pudiera hacer una segunda nueva visita sobre lo que ocurre en este "mundo feliz" en que vivimos hoy en día...? Y qué conclusiones sacarían Erich Fromm y William Whyte...? Creo que los tres, al igual que, quiero creer, muchos otros, coincidiríamos... Un "mundo feliz" así es incompatible con gente feliz y brillante tomada de las manos...
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