Mundo Fusion

martes, octubre 14, 2014

Una breve historia de Melancolía...


"Cada pesar que me encuentro mido
con ojos atentos y escrutadores...
Me pregunto si pesa como el mío
o si es más llevadero su tamaño...

Me pregunto si lo aguantan de largo
o bien si apenas acaba de empezar;
la fecha del mío decir no puedo...
como un dolor tan añejo es sentido...

Me pregunto si les duele vivir,
si por seguir en pie han de afanarse
y si elegir les fuera permitido
no optarían acaso por morir...

Noto que algunos, con harta paciencia,
al cabo restablecen su sonrisa...
remedando una de esas lámparas
con una pizca de aceite provistas...

Me pregunto si al irse acumulando
años... unos miles... sobre el dolor
que temprano les hiriera, tal lapso
pueda procurarles algún alivio...

O si aún continuarán padeciendo
a lo largo de siglos de coraje,
iluminados hasta un sufrimiento
comparado con el Amor más grande...

Multitud son los afligidos, dicen,
multitud son las causas y variadas,
la muerte tan sólo es una y sucede
de repente y sólo clava los ojos...

Hay el penar de escasez o de frío,
hay eso que llaman «desesperanza»,
hay el destierro de ojos naturales
privados de ver el aire natural...

Y aunque su especie con exactitud
sea incapaz de precisar, aun así,
un vivo consuelo me proporciona
marchar de paseo por el calvario...

En los modelitos de cruz fijarme
y ver cuáles son las que más se llevan,
mucho más fascinada al presentir
que algunas son réplicas de la mía..."
(Emily Dickinson)
Atardecer (Edvard Munch)

Melancolía (Edvard Munch)
"Hermano, tú que tienes la luz, dime la mía.
Soy como un ciego. Voy sin rumbo y ando a tientas.
Voy bajo tempestades y tormentas
ciego de sueño y loco de armonía...
 
Ése es mi mal. Soñar. La poesía
es la camisa férrea de mil puntas cruentas
que llevo sobre el alma. Las espinas sangrientas
dejan caer las gotas de mi melancolía...
 
Y así voy, ciego y loco, por este mundo amargo;
a veces me parece que el camino es muy largo,
y a veces que es muy corto...
 
Y en este titubeo de aliento y agonía,
cargo lleno de penas lo que apenas soporto.
¿No oyes caer las gotas de mi melancolía...?"
(Melancolía - Rubén Darío)