Mundo Fusion

miércoles, julio 05, 2017

El Guardián de los Sueños...

"Después de estudiar durante años la gran cantidad de material existente acerca de las naciones indias de América del Norte, gran parte del cual está escrito por los propios indios, quedé convencido de que muchos de sus viejos sacerdotes poseían todavía una elevada sabiduría. Sin embargo, esta sabiduría a menudo queda oscurecida para nosotros a causa del carácter singular de sus tradiciones; a causa de su, diríamos, genio polisintético, que concede una gran importancia a los diversos aspectos del mundo de la Naturaleza. Pero en esta afirmación y uso de las muchas formas de la Naturaleza siempre hallamos la idea de la Unidad y de la Trascendencia divinas. El indio, por tanto, no es un «pagano» ni un «idólatra», sino que sabe que el Gran Espíritu es infinito y que, por consiguiente, incluye en mismo todas las posibilidades, de modo que todas las formas son funciones o reflejos de Él, quien en su esencia es siempre uno.

Con el fin de comprobar que esta sabiduría era conocida y comprendida de un modo integral por al menos los viejos sacerdotes de los indios, emprendí un viaje que iba a durar varios años y que me llevó a conocer muchas naciones indias de América del Norte. Dediqué la mayor parte de estos años a los indios de las llanuras, pues creía desde hacía tiempo que estos pueblos eran en cierto sentido los aristócratas de los indios, ya que sus ancianos poseían unas cualidades y unos niveles de espiritualidad que raramente se encuentran en el mundo de hoy. Para aprender de estos pueblos uno debe vivir efectivamente con ellos, debe cazar y viajar con ellos, y compartir todos los aspectos de su vida; y el que lo haga se verá inmensamente recompensado, porque incluso hoy, en sus vidas de una a menudo gran pobreza material, se encuentran todavía, en el ritmo de su sociedad y en la belleza de las formas de su antigua cultura, aquellas grandes cualidades por falta de las cuales, el mundo moderno se está empobreciendo a pesar de su opulencia material.

Durante mi estancia con los indios de la reserva de Pine Ridge, tuve la extraordinaria fortuna de hallar a un anciano sacerdote de los sioux ogalala, Alce Negro (Hehaka Sapa), quien me pidió que me quedara con él para recoger una relación sobre su antigua religión; este anciano sabía que pronto iba a morir, y no quería que estos conocimientos sagrados, muchos de los cuales él era el único depositario, desaparecieran con él. Así pues, viví con Alce Negro durante ocho meses en el invierno de 1947-48, y a lo largo de este período registré diariamente lo que me contaba, y además de lo que aprendí me beneficié grandemente del hecho de compartir la noble vida de su familia y de sus muchos amigos. Alce Negro ya no está vivo, pero éste es su libro, y tengo la esperanza de que, gracias a él, seguirá viviendo, y que aquellos que lo lean comprenderán mejor lo que constituyó el centro y la vida misma de este gran pueblo...

Este libro contiene múltiples datos que los indios, hasta estos últimos tiempos, se habían abstenido de divulgar porque estimaban, y con razón, que estas cosas son demasiado sagradas para ser comunicadas a cualquiera; en nuestros días, los pocos viejos sabios que viven aún entre ellos dicen que, al aproximarse el fin de un ciclo, cuando en todas partes los hombres se han vuelto ineptos para comprender y, sobre todo, para poner en práctica las verdades que les fueron reveladas en el origen —lo que tiene por consecuencia el desorden y el caos en todos los terrenos—, está entonces permitido, y es incluso deseable, sacar este conocimiento a la luz del día; pues la verdad se defiende por su propia naturaleza contra la profanación, y es posible que llegue así a aquellos que están cualificados para penetrarla profundamente y son capaces, gracias a ella, de consolidar el puente que debe construirse para salir de esta edad oscura.

Esta historia de la Pipa sagrada de los sioux fue transmitida oralmente por el precedente «guardián del Calumet», Hehaka Pa (Elk Head: Cabeza de Alce), a tres hombres: de los tres, Hehaka Sapa (Alce Negro) era el único que aún quedaba en vida en la época en que estuvimos con los sioux. Cuando Elk Head confió esta historia sagrada de los sioux a Alce Negro, le dijo que debía ser «transmitida de generación en generación, pues, mientras sea conocida y el Calumet esté en uso, nuestro pueblo vivirá; pero, a partir del momento en que se olvide, nuestro pueblo ya no tendrá un centro y perecerá». Ésta es la razón por la que hacemos votos para que este libro ayude en cierta medida, por débil que sea, a preservar este centro de una noble nación, muchos de cuyos miembros, aún hoy y a pesar de una presión terrible, están resueltos a salvaguardar estos ritos antiguos que les fueron revelados al principio por el Gran Espíritu...
" (La Pipa Sagrada - JOSEPH EPES BROWN, Southwest Harbor, Maine, agosto de 1953)


(El Guardián de los Sueños)
"- Os lo contaré como me lo contaron a mi, como se lo contaron los ancianos a mi abuelo. Cuando una persona joven busca su camino, busca respuestas que lo guíen a lo largo del buen camino rojo de la vida, los ancianos lo llevan a la cima de la montaña y lo dejan allí cuatro días y cuatro noches, con sólo su piel de búfalo y la «Calumet» la pipa sagrada. Esto es llamado, «Hąbléčheya» la búsqueda de una visión, un sueño que le muestre el camino.
- Estoy furioso abuelo.
- Por que?
- He regresado con las manos vacías. No soy más sabio que cuando subí hace cuatro noches.
- Buscaste sin descanso sabiduría y poder, sabrías reconocer esos dones si te los dieran? Buscaste una visión como un cazador busca búfalos, como un guerrero busca cabelleras. Luchaste contra los espíritus, pensaste que te debían algo, que te debían una visión. El sufrimiento por sí mismo no nos proporciona visiones como tampoco la valentía ni la fuerza de voluntad. Una visión viene como un don una vez que...
 Aunque de tu visión sólo hayas aprendido esto nieto, ya has aprendido bastante. Pues el verdadero poder y la sabiduria proceden de dentro, cuando un hombre es consciente de su armonía con la creación, cuando es consciente de que en el centro del Universo yace un poder superior a él mismo. El centro está en todas partes, está dentro de cada uno de nosotros, vete ahora y toma el buen camino rojo: «Mitakuye oyasin»!"


 "En la gran visión que me sobrevino en el alba de mi vida, cuando había conocido apenas nueve inviernos, había algo cuya importancia se me ha ido revelando a medida que las lunas pasaban. Quiero hablar de nuestra Pipa sagrada y de lo que significa para nuestro pueblo.

Los hombres blancos, al menos los que son cristianos, nos han dicho que Dios envió a su Hijo a los hombres para restablecer el orden y la paz en la tierra; y nos han dicho que Jesucristo fue crucificado, pero que debe regresar el día del Juicio final, que será el fin de este mundo o ciclo. Yo sé y comprendo que esto es cierto; pero que los hombres blancos sepan que, también para los pieles rojas, por la voluntad de Wakan-Tanka, el Gran Espíritu, un animal se transformó en bípedo para traer la Pipa muy santa a su pueblo; y sabemos, también, que esta Mujer Bisonte Blanco que trajo nuestra Pipa sagrada aparecerá de nuevo al final de este mundo, acontecimiento que nosotros, los indios, sabemos que no está ya muy lejano.

La mayoría de las personas llaman a nuestro Calumet «Pipa de la paz», pero en nuestros días ya no hay paz en la tierra, ni siquiera entre vecinos, y sé que esto es así desde hace mucho tiempo. Se habla mucho sobre la paz, pero no se trata más que de discursos. Es posible, y ésta es mi plegaria, que por nuestra Pipa sagrada, y gracias a este libro en el que explicaré qué es realmente nuestra Pipa, la paz venga a los que son capaces de comprender; esta comprensión debe venir del corazón y no únicamente de la cabeza. Aquéllos se darán cuenta de que nosotros, los indios, conocemos al único Dios verdadero y le rogamos constantemente.

He dictado este libro sin otro deseo que el de ayudar a mi pueblo a darse cuenta de la grandeza y la verdad de nuestra propia tradición, y también para facilitar la venida de la paz a la tierra, no sólo entre los hombres, sino en ellos y con toda la Creación. Debemos comprender que todas las cosas son obra del Gran Espíritu. Debemos saber que Él está en toda cosa: en los árboles, en las hierbas, en los ríos, en las montañas, y en todos los cuadrúpedos y los pueblos alados; y, lo que es aún más importante, debemos comprender que Él es también más allá de todas estas cosas y de todos estos seres. Cuando hayamos comprendido todo esto profundamente en nuestros corazones, temeremos, amaremos y conoceremos al Gran Espíritu; entonces nos esforzaremos para ser, actuar y vivir como Él quiere...
" (La Pipa Sagrada - HEHAKA SAPA (Alce Negro) Manderson, S. D., diciembre de 1947)