Mundo Fusion

lunes, mayo 11, 2015

Sueño con serpientes de mar...

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Psicología y Alquimia (Carl Gustav Jung)
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"El mar es el símbolo del inconsciente colectivo, pues esconde profundidades insospechadas debajo de su superficie. El mar es un lugar preferido para la aparición de visiones, es decir de contenidos inconscientes; por ejemplo, la gran visión del águila existente en el cuarto libro Esra surge del mar, y la visión del «ser humano»  «del corazón del mar». Se dice del mar: «Igual que nadie ha investigado ni puede saber qué hay en las profundidades del mar, nadie puede mirar a los habitantes terrestres de mi hijo», etc... Los que están detrás de él, la vaga personificación del inconsciente, irrumpen como una marea en la tierra firme del consciente. Tales irrupciones son inquietantes, debido a ser irracionales e inexplicables para el afectado. Significan una alteración grave de la personalidad, al constituir en seguida un penoso secreto personal que aleja de su entorno a la persona afectada y la aísla de él. Se teme ser arrastrado por la anormalidad mental y con cierta razón, pues a los enfermos mentales les ocurre algo completamente similar. A pesar de todo, queda todavía un largo camino por recorrer desde la irrupción captada intuitivamente hasta ser vencido de un modo patológico; pero el profano en la materia desconoce esto.
 

La consecuencia de un aislamiento psíquico mediante el secreto es por lo común una vivificación sustitutiva de la atmósfera psíquica, que ocupa el lugar del contacto perdido con el prójimo. Es un motivo para una activación del inconsciente, del que surge después algo similar, como las ilusiones y alucinaciones de los caminantes del desierto, de los marinos y los santos. El mecanismo de estos fenómenos quizá tenga una explicación energética. Las relaciones normales con el objeto del medio que nos rodea se mantienen por medio de un determinado gasto de energía. Si se corta la relación con el objeto, se produce una «retención» de la energía, la cual, a su vez, ocasiona una imagen sustitutiva equivalente. Por ejemplo, así como la manía persecutoria tiene su origen en una relación que la desconfianza ha tornado enfermiza, también se produce, como sustitutivo de la vida normal del contorno, una realidad ilusoria en la que, en lugar de personas, son sombras inquietantes y fantasmales las que se mueven. De aquí se deriva que los hombres primitivos vieran en los desiertos, lugares solitarios y despoblados, unos sitios habitados por «demonios» y seres parecidos.



(Sueño con serpientes - Silvio Rodriguez)
Los hombres no deben huir de las cosas que los sobrecogen, ya que la unica forma de librarse de ellas es enfrentándolas… Yo hago esto para enfrentarme a mi fantasma (Jung diria sombra)” 
(Silvio Rodriguez - La Jornada , domingo 5 de enero de 1997)"

La resistencia del consciente frente al inconsciente, así como la subestimación de este último, es una necesidad histórica de la evolución, pues de otro modo no se podría en definitiva establecer jamás una diferenciación entre consciente e inconsciente. Pero el consciente del hombre moderno se ha alejado demasiado del hecho real del inconsciente. Hasta se ha olvidado que la psique no es en modo alguno nuestra intención, sino que es autónoma e inconsciente en su mayor parte. De aquí que, en el hombre civilizado, la aproximación del inconsciente origine el pánico, lo cual se debe, no en pequeña parte, a la amenazadora analogía con la perturbación mental. El intelecto no pone reparos a «analizar» el inconsciente como un objeto pasivo; al contrario, tal forma de actuar respondería a lo que se espera racionalmente.
 

Pero dejar que el inconsciente actúe y experimentarle como una realidad es algo que está por encima del valor y del poder del europeo medio, que prefiere, sencillamente, no comprender este problema. También resulta mejor así para los cortos de alcances, pues esta cosa no carece de riesgos. La experiencia vivida del inconsciente es un secreto personal difícil de comunicar y sólo a los menos; por ello aísla, como ya se ha dicho antes. Pero el aislamiento se traduce en una vivificación compensadora del ambiente psíquico, y esto resulta inquietante..."



 (Lo que quisiste ser - Silvio Rodriguez)