Y si la Rueda de la Fortuna hablara...
**********************************************************
La Vía del Tarot
Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa
**********************************************************
«He
conocido todas las experiencias. Al principio, tenía ante mí un océano
de posibilidades. Guiada sucesivamente por la voluntad, la Providencia
o el azar, elegí mis acciones, acumulé conocimiento, para luego
estallar sin finalidad preconcebida. Innumerables veces encontré la
estabilidad. Quise conservar sus frutos sobre mi mesa pero los vi
pudrirse. Comprendí que debía abrirme hacia los demás, compartir. Que
tendría que buscar el gran Otro en mí mismo, la fuente divina. El centro
de mis incontables revoluciones alrededor de este eje. Me perdí,
buscando cuanto se me pareciera. Conocí el placer de reflejarme en los
ojos del otro como en infinitos espejos. Hasta el día en que, con una
fuerza irreprimible, actué en el mundo y traté de cambiarlo, para darme
cuenta de que sólo podía empezar a transformarlo. Mi búsqueda espiritual
se amplió hasta el punto de impregnar la totalidad de la materia, y
llegué a la espantosa perfección, ese estado en que nada se me podía
añadir, y nada se me podía quitar. No quise quedarme así, petrificada.
Entonces lo abandoné todo, con mi sabiduría por única compañera. Llegué
al límite extremo de mí misma, plena, pero detenida, en espera de que el
capricho divino, la energía universal, el viento misterioso que sopla
desde lo inconcebible, me haga girar y que en mi centro eclosione el
primer impulso de un nuevo ciclo. **********************************************************
He
aprendido que todo lo que empieza acaba, y que todo lo que acaba
empieza. He aprendido que todo lo que se eleva desciende, y que todo lo
que desciende se eleva. He aprendido que todo lo que circula termina
estancándose, y que todo lo que se estanca termina circulando. La
miseria se convierte en riqueza, y la riqueza en miseria. De una
mutación a otra, os invito a uniros a la rueda de la vida, aceptando los
cambios con paciencia, docilidad, humildad, hasta el instante en que
nazca la Consciencia. Entonces todo lo humano, cual crisálida que se transforma en mariposa,
alcanza el grado angélico donde la realidad deja de girar sobre sí
misma, donde se eleva al espíritu del Creador...»
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home